martes, 29 de julio de 2008

Doha, ¿ayuda o perjudica?

por Laura MacInnis, Reuters
 
Muchos países pobres temen perder puestos de trabajo e ingresos bajo un nuevo tratado de comercio global, que los ministros de la Organización Mundial del Comercio tratarán de sellar la próxima semana. Estas posibles penurias son una de las principales razones por las cuales ha sido difícil de alcanzar un acuerdo de la OMC sobre recortes a los aranceles y a los subsidios, cuyas negociaciones están en su séptimo año.

El sentido común dice que un crecimiento en las oportunidades para exportar puede ayudar a reducir la pobreza, al elevar los ingresos en los países en desarrollo, donde los agricultores y manufactureros con frecuencia deben luchar para vender su mercancía en el exterior.

Pero algunos economistas consideran que un pacto en la Ronda de Doha que trata de negociarse abriría las fronteras demasiado abruptamente, inundando a mercados vulnerables con bienes y servicios más baratos, empeorando la situación de los países en desarrollo.

"Muchos negociadores de países en desarrollo se preguntan si el pacto que surja sería mejor que ningún pacto en absoluto," dijo el investigador económico de la Universidad Tufts, Timothy Wise, coautor de un nuevo estudio que advierte que un comercio ilimitado podría perjudicar a los agricultores pobres.

"No es difícil entender por qué muchos países en desarrollo están cuestionando el valor del acuerdo de Doha," agregó, estimando que los Gobiernos más pobres perderán cuatro veces más los ingresos que obtienen por aranceles de lo que obtendrían con un tratado que impulse el comercio.

Las conversaciones fueron lanzadas en la capital de Qatar a fines del 2001 para impulsar el comercio mundial y ayudar a los países en desarrollo a salir de la pobreza mediante las exportaciones.

Amy Barry de la organización no gubernamental Oxfam dijo que los negociadores del mundo en desarrollo deben resistirse a las presiones para que acepten las propuestas de la OMC, que no cambian de manera adecuada las normas comerciales injustas.

"Los países en desarrollo están siendo exprimidos y no reciben la flexibilidad que necesitan para defender a sectores vulnerables y garantizar la seguridad de los alimentos," dijo. "Esto podría socavar aún más los débiles sectores agrícolas y llevar a pérdidas de empleos y hambruna." agregó.

Poco después que que comenzara la ronda de conversaciones de Doha, el Banco Mundial proyectó que un tratado generaría ganancias globales de 832.000 millones de dólares. Posteriormente recortó esa estimación a 96.000 millones para reflejar propuestas menos ambiciosas en las negociaciones, que son políticamente sensibles en muchos países.

De acuerdo al Sistema de Investigación e Información de Países en Desarrollo, un grupo con sede en la India, sólo 16.000 millones de dólares de es pequeño total irían a los países más pobres, que también sufrirían pérdidas de 63.000 millones de dólares en ingresos arancelarios bajo un tratado global.

Grandes perdedores. Carin Smaller, del Instituto para Políticas Comerciales y de Agricultura, dice que estos factores explican buena parte de la vacilación que rodea las negociaciones de Ginebra para un tratado, especialmente en vista de las recientes presiones económicas globales y las alzas en los precios de las materias primas.

"Africa y el Oriente Medio van a ser los grandes perdedores si se alcanza un tratado en la Ronda de Doha. Creo que es bastante alarmante, dado el impacto de la crisis alimentaria en esas regiones," dijo.

Agricultores políticamente influyentes en Estados Unidos, Europa, Japón y otros mercados ricos también podrían perder ingresos bajo un tratado, aunque en teoría los exportadores de manufacturas de los países ricos ganarían, a cambio de ello, un mejor acceso a los mercados emergentes.

Un estudio de Wise de la Universidad Tufts y de los expertos en comercio Mamerto Perez y Sergio Schlesinger dice que solamente los exportadores agrícolas de Brasil y Argentina podrían ser los claros ganadores en las naciones de economías emergentes con un pacto de Doha para la agricultura.

"Los países en desarrollo tienen mucho menos que ganar con una liberalización del comercio agrícola de que lo que ha sido prometido," indicaron. "Las ganancias proyectadas son bastante pequeñas y no compensan los ingresos perdidos por recortes arancelarios," sostiene el estudio.

Los ministros que se reunirán la próxima semana en Ginebra tratarán de sellar un pacto global sobre bienes agrícolas e industriales, dejando las negociaciones sobre la apertura a los servicios para más adelante este año.

Para alcanzar un acuerdo sobre la Ronda de Doha hace falta el consenso en todas las áreas de negociaciones por parte de los 152 gobiernos miembros de la OMC, lo que significa que los países más pobres tendrán una influencia significativa en las negociaciones, cuyo objetivo original era ayudar a impulsar el desarrollo.

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